La etapa formativa está llena de descubrimientos y experiencias memorables, pero también de adversidades que, para muchos, resultan difíciles de superar. Sin embargo, existen alumnos que se sobreponen a los retos, decididos a cumplir sus metas.
Tener éxito en tus estudios depende de muchos factores, aunque sólo hay uno sobre el cual tienes control: tomar la decisión. Ser un alumno resiliente quiere decir que has elegido dar lo máximo de ti, a pesar de que las circunstancias traten de detenerte.
¿Sabes si tú también tienes el superpoder que todo alumno necesita para triunfar en sus estudios? Sigue leyendo para descubrirlo.
¿Qué es la resiliencia académica?
La resiliencia, a secas, abarca todos los comportamientos que despliega el ser humano al afrontar condiciones hostiles y lograr adaptarse exitosamente. Quiere decir que alguien no se rinde tan fácilmente, en cambio, encara los retos y se sobrepone.
En el ámbito académico, hace referencia a aquellos estudiantes que demuestran un buen rendimiento a pesar de las adversidades que constantemente amenazan su desarrollo educativo; ya sea en la familia, la escuela, o el grupo de pares.
Desafortunadamente, la vida de muchos estudiantes se encuentra atravesada por diversos factores de riesgo que pueden conducir al fracaso escolar. Sin embargo, aquellos que desarrollan la resiliencia académica, son fortalecidos con los obstáculos y logran obtener resultados positivos en situaciones de estrés.
Cómo saber si soy un estudiante resiliente
Los múltiples retos del contexto educativo pueden llegar a deteriorar el ánimo, la energía, y la salud física y mental de los estudiantes, quienes presentan alteraciones que afectan al sistema inmunológico, la conducta y síntomas como el burnout.
Estaremos en presencia de un estudiante resiliente cuando logre enfrentarse con éxito a estos desafíos, sin dejarse abatir por las experiencias negativas, que considera oportunidades para superarse a sí mismo.
Los estudiantes resilientes son perseverantes, persistentes y entusiastas en su trabajo; cualidades que acompañan con un fuerte sentido de responsabilidad, autosuficiencia, adaptabilidad, determinación, control, y mucha voluntad.
Son aquellos que creen más en su propia capacidad para gestionar su vida escolar, por lo que suelen requerir un menor apoyo externo en comparación con sus pares. También se sienten menos agotados o faltos de energía, pues la resiliencia los motiva y protege ante el cansancio emocional.
De hecho, un alto nivel de resiliencia está relacionado con mayores niveles de satisfacción e involucramiento académico por parte de los estudiantes; es decir: se nota más vigor, dedicación y absorción en su enfoque de estudio.
¿Cómo la puedo implementar en mis clases?
La resiliencia surge de lo profundo de tu interior. El modelo de Grotberg sugiere reafirmar cuatro factores clave constantemente para impulsar su desarrollo: yo tengo, yo soy, yo siento y yo puedo. Tienes que afirmarlo y en verdad creerlo.
Practicar la educación emocional también te proporcionará herramientas útiles para desenvolverte con asertividad y confianza. También podrás echar mano de ellas cuando necesites gestionar emociones negativas para salir adelante.
Procura desarrollar estrategias de afrontamiento, que te permitan tomar medidas activas para abordar el problema y buscar una solución; además de hacer posible una reinterpretación positiva de algo que en un principio te pareció ser negativo.
La resiliencia descansa en la promesa de que siempre habrá mañana, y con las acciones de hoy puedes formar la vida que realmente quieres vivir en el futuro.
El poder de triunfar en la escuela es todo tuyo: desarrolla tu resiliencia académica y haz un cambio positivo en tu vida estudiantil.
