Dentro del proceso educativo se han priorizado los aspectos cognitivos por encima de los emocionales; sin embargo, en Justo Sierra, estos son equitativamente importantes.
Se ha comprobado que la salud emocional afecta directamente el aprendizaje y rendimiento escolar de los alumnos, además de su capacidad para crear relaciones sociales, por eso es esencial incluir el cuidado emocional en el programa académico.
La OMS estima que al menos 1 de cada 5 niñas y niños sufre problemas de desarrollo relacionados con la salud emocional, dificultades que después arrastran a la adultez. Una forma de contrarrestar estas cifras es aprovechar el espacio que ofrece la escuela para enseñar a cuidar el bienestar emocional desde temprano.
Una emoción es el sentimiento que surge en respuesta a un estímulo del medio, pero cambia y se transforma conforme se desarrolla aquello que la provoca. Las personas otorgan significado a las cosas y eventos en su vida por medio de sus emociones, que se encargan de teñir con su color lo seleccionado, unificando las partes de una experiencia en un solo sentido.
Cada emoción tiende a una meta, es decir, tiene un propósito de ser. Las emociones son impulsos que motivan una determinada respuesta, por eso son fundamentales para la supervivencia humana y el funcionamiento del cerebro. Surgen a partir de una valoración de las implicaciones de la situación que determina una relación causa-efecto y sirven para orientar la toma de decisiones.
Entonces, es posible actuar, pensar, imaginar y recordar a causa de la colaboración entre cognición y emociones; pero también enseñar a articular respuestas que sean adecuadas para cada estímulo y eviten reacciones emocionales. La educación emocional permite que los alumnos generen soluciones eficaces a sus problemas y maximicen su potencial.
Como hemos visto, las emociones están ligadas a la obtención de conocimientos y experiencias. La forma de comprender algo está inseparablemente ligado a lo que las personas son y sienten, por lo cual, cuidar la salud emocional en la infancia es beneficioso a corto y largo plazo.
La educación emocional enseña a los alumnos a dominar la competencia emocional, que se estructura de la siguiente manera:
Conciencia emocional. Tiene que ver con la capacidad para reconocer las propias emociones y las de las personas que nos rodean. Se relaciona con la empatía, la introspección y el conocimiento de uno mismo.
Regulación emocional. Es la habilidad de evaluar y responder adecuadamente ante las emociones experimentadas. Requiere desarrollar aptitudes como la paciencia, la tolerancia y el autocontrol.
Autonomía emocional. Se refiere a la facultad de los sujetos para decidir el efecto que tiene un estímulo sobre ellos mismos, donde lo mejor es incorporar partes equitativas de sensibilidad e invulnerabilidad.
Competencia social. Es el conjunto de habilidades que hacen posible la socialización y la creación de relaciones interpersonales; por ejemplo: la comunicación asertiva. Asisten la integración de los individuos a un grupo y determinan la calidad de sus relaciones.
En Justo Sierra valoramos la salud y el bienestar de nuestros alumnos así como su buen rendimiento académico, porque sabemos que la mejor educación es integral.
Nuestro programa de acompañamiento psicopedagógico sigue de cerca el proceso de aprendizaje de los alumnos y nos permite ofrecer ayuda oportuna a aquellos que lo requieran.
Contamos con un equipo de psicólogos altamente capacitados que acompañan a todos nuestros alumnos, desde maternal hasta posgrados. Y porque las emociones también tienen influencia dentro del aula, capacitamos a todos nuestros maestros para que incorporen el aspecto emocional en la enseñanza de los alumnos, además de poder asesorarlos y guiarlos respetando su personalidad.
Además, incluimos a los padres de familia en el proceso formativo de sus hijos, para que estén al tanto de su bienestar a través de cada etapa formativa. Esto crea un ambiente positivo y seguro que prioriza la humanidad sobre todas las cosas.
En Justo Sierra educamos para el mundo profesional, sin perder de vista la importancia del desarrollo personal. Es cierto que las emociones tienen la función de encaminar nuestras acciones en una u otra dirección, pero la educación emocional regresa el poder de decidir cómo reaccionar ante lo que nos ocurre.
Visita nuestra página y descubre cómo fomentamos la grandeza a través de una educación más humana.