Vivimos en un mundo cada vez más interconectado, en el que no es difícil enlazar a personas de extremos opuestos del mundo. Hoy es posible hacer un viaje para conocer cualquier país en el planeta, o investigar en línea para saber de su cultura.
Además, en una economía globalizada es común que grandes empresas inviertan en sitios como México, llevando consigo su equipo y todo lo que eso conlleva. De hecho, en 2020 se calculó que había, al menos, un millón 168 mil extranjeros viviendo en México.
Esto significa que muchas ciudades del país se han convertido en espacios de convergencia entre culturas, donde personas de distinto origen, costumbres e ideologías pueden interactuar y compartir aquello que los hace únicos.
Por lo mismo, es importante fomentar un ambiente que celebre la diversidad cultural en todos los lugares que son el escenario de las actividades de la vida cotidiana: en casa, en la calle, en el trabajo y, sobre todo, en la escuela.
En el aula, la interculturalidad es fundamental para promover el entendimiento y la armonía entre personas de diferentes orígenes.
Respetar la diversidad cultural
Existen diferentes maneras de comprender el fenómeno de la diversidad cultural, a partir de conceptos como la multiculturalidad y la interculturalidad.
Sin embargo, mientras que la multiculturalidad se limita a describir lo que sucede cuando distintos grupos culturales habitan un mismo territorio, la interculturalidad propone entablar un diálogo e intercambio de valores entre culturas. Por eso, aunque ambos conceptos parecen transmitir el mismo significado, no son iguales.
La multiculturalidad es estática: expresa coexistencia en el espacio, pero distingue los límites que separan a las culturas. Aunque reconoce que los grupos comparten un mismo espacio, niega que existan relaciones que los vinculen entre sí.
La interculturalidad es dinámica: connota interacción y convivencia. Es decir, apunta a articular las diferencias entre los diferentes grupos para alcanzar la complementariedad. No desea que las diferencias desaparezcan, sino que se sumen.
La interculturalidad en el aula
La diferencia entre multiculturalidad e interculturalidad es el contacto. Cuando dos personas de diferentes culturas se encuentran, caen en cuenta de todo lo que los separa, pero, a través del diálogo, también pueden identificar aquello que los une.
Esta no es una tarea fácil, pues es necesario gestionar los muchos prejuicios y estereotipos que todos aprendemos al crecer. El contacto entre culturas usualmente no ocurre a causa de esta problemática; después de todo, nadie se acercará a conversar con otro que considera raro, extraño, o incluso, opuesto a sí mismo.
Sin embargo, así como es posible adoptar ideas discriminatorias, también se puede enseñar a respetar, tolerar y celebrar las diferencias entre culturas.
En este sentido, las aulas escolares son el espacio ideal para comenzar a fomentar un ambiente inclusivo, que reciba la diversidad cultural con brazos abiertos y busque vías para facilitar la conexión y colaboración entre personas de distinto origen.
La escuela puede ser un espacio para resistir los estereotipos excluyentes y promover el respeto por la diversidad cultural. La mejor forma de contrarrestar la discriminación en la sociedad es aprovechar la formación educativa para enseñar valores y calidad humana a las nuevas generaciones desde temprana edad.
Beneficios de una educación intercultural
Estudiar en un ambiente diverso es sumamente enriquecedor para niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Algunos de los beneficios de una educación intercultural, son:
Promover el respeto y la empatía
La interacción en el aula permite que estudiantes con diferentes orígenes étnicos y experiencias de vida interactúen y se conozcan entre sí en un espacio que fomenta la resolución de problemas a través del trabajo en equipo y el compañerismo. De esta manera, los alumnos observan las diferencias culturales y aprenden a respetarlas.
Trabajar en equipos diversos
Al colaborar con estudiantes de otras culturas para lograr objetivos comunes, los alumnos desarrollan un conjunto de habilidades sociales que les permiten comunicarse efectivamente, resolver conflictos y decidir asertivamente.
Estimular la creatividad y pensamiento crítico
De la misma manera, convivir con estudiantes de otras culturas también implica entablar importantes conversaciones sobre los diferentes hábitos, costumbres y mentalidades, ocasionando que los alumnos logren expandir sus horizontes.
Por un ambiente intercultural, diverso e inclusivo
Hoy en día, la interculturalidad en el aula es una herramienta esencial para formar estudiantes preparados para ser ciudadanos del mundo.
En Justo Sierra celebramos y valoramos la diversidad cultural como activo fundamental en nuestra gran familia educativa. Nuestras aulas son espacios donde estudiantes de diversos orígenes se unen para aprender y crecer juntos, fortaleciendo así nuestra visión de inclusión, respeto mutuo y grandeza.
Nosotros creemos que la verdadera grandeza está en apreciar aquello que nos hace diferentes. Por eso, lo más importante en Justo Sierra es asegurar que cada uno de nuestros estudiantes se sienta seguro, incluido y respaldado, sin ninguna excepción.
Descubre cómo fomentamos un ambiente intercultural y diverso en Justo Sierra, mientras ofrecemos una educación de calidad mundial a nuestros estudiantes.
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