Si hablamos de inversión en educación de calidad, basada en habilidades para la vida, hablamos de una de las inversiones más inteligentes que puedes hacer, pues se traduce en poner el dinero en el crecimiento integral de los hijos, desde el jardín de niños hasta la universidad.
En este artículo expondremos de manera más detallada los diferentes beneficios de invertir en educación y los aspectos más importantes que se deben considerar pensando en el futuro educativo.
Durante las primeras etapas, la educación cumple un propósito de cuidado; ayuda a los menores a reconocer su cuerpo, expresar sensaciones y percepciones, reconocer y vincularse con el entorno, relacionarse con otras personas y gestionar sus emociones.
Esto se logra a través de metodologías educativas que tienen por objetivo el desarrollo óptimo de la psicomotricidad, la enseñanza de valores en los primeros años de vida y favorecen la sociabilidad a fin de que los pequeños puedan adaptarse a un mundo en el que el trabajo colaborativo y las buenas relaciones interpersonales son fundamentales.
La formación básica y de nivel medio tiene como finalidad desarrollar el intelecto a través de la lectura de comprensión, la resolución de problemas, y la capacidad de pensamiento crítico y creativo.
De igual manera, los niños y adolescentes en las etapas de primaria, secundaria y preparatoria comienzan a identificar sus potencialidades e intereses, adquiriendo criterios y herramientas para elegir una carrera profesional.
En los niveles de profesional y posgrado, el beneficio de la educación es que los estudiantes se preparen para acceder a mejores oportunidades como resultado de las habilidades que cultivaron a lo largo de su crecimiento educativo. De esta manera, podrán posicionarse en el mercado laboral y cumplir las metas que se propongan.
El networking, entendido como la serie de actividades que permiten a un estudiante o profesional establecer redes de contacto adecuadas para impulsar su formación o proyectos, es un beneficio muy valioso de la educación.
Un profesional de excelencia es el resultado de un crecimiento integral. De ahí la importancia de elegir una institución que ofrezca algo más que formación académica. Esto es, actividades extra curriculares, idiomas, intercambios de estudios en el extranjero, ferias universitarias y bolsa de trabajo.
Una mejor educación es sinónimo de mayor prosperidad económica a nivel nacional. Esto se debe a que los profesionales bien preparados incrementan la productividad. Según se estima, tan solo un año más de estudios puede llegar a aumentar los ingresos anuales hasta un 10%.
Cuando los talentos personales se identifican a temprana edad y se desarrollan mediante una formación adecuada, lo más probable es que más adelante se puedan capitalizar durante la vida profesional.
Pero si además, la institución ayuda a los estudiantes a crear una marca personal afín con las capacidades que los distinguen, será más sencillo proyectar la imagen profesional deseada y acceder a más oportunidades.
Por otro lado, las habilidades interpersonales son también un aspecto determinante a lo largo del crecimiento educativo y para una mejor vinculación profesional.
Entre ellas destacan la escucha activa, la confiabilidad, la empatía, el liderazgo y el trabajo colaborativo; en Justo Sierra se procuran todas estas cualidades desde un enfoque de formación integral, para impulsar la Grandeza en cada etapa del estudiante.
En síntesis, los beneficios de invertir en educación van más allá de lo individual, pues también representan un aporte importante en la construcción de una sociedad más preparada, competitiva y humanitaria.