En Justo Sierra, los valores educativos son vivenciales. Día con día, nuestros estudiantes reflexionan, interiorizan y experimentan los principios de la institución.
Desde que son recibidos por la mañana en la puerta, hasta el trato que se les da en cada una de las clases y las relaciones de compañerismo y empatía que fomentamos, nuestros alumnos de todos los niveles se forman en un entorno ético donde se promueven el respeto, la diversidad e inclusión.
Y es que, con independencia de estar adscrita al programa de la SEP y bajo estos lineamientos, la escuela Justo Sierra damos siempre el plus, por lo que sobrepasamos la expectativa para darle una formación educativa, cívica, ética y holística, tomando en cuenta herramientas y conocimiento, para una formación completa del alumno en sus diferentes etapas de crecimiento y aprendizaje emocional.
La posibilidad de cursar toda su formación en un mismo lugar se traduce en múltiples ventajas para la vida estudiantil y profesional del alumno. Entre ellas, destacan las siguientes:
Aprender bajo un mismo modelo educativo elimina las dificultades de adaptación a un nuevo ciclo y permite que docentes y padres de familia trabajen en conjunto para educar en valores, identificar y desarrollar las potencialidades de cada estudiante.
Esto implica una gran ventaja, pues más allá del seguimiento educativo, los profesores y psicólogos de la institución conocen las circunstancias de cada alumno, de manera que pueden brindar una atención personalizada en lo académico y apoyo psicoemocional en caso de ser necesario.
Todas las instituciones siguen el programa de la SEP; lo que cambia son los valores educativos que se imparten y cómo se trasladan a la vida de los estudiantes.
En Justo Sierra, educar en valores se traduce en un aprendizaje vivencial del bien, la verdad y la justicia, principios que distinguen a nuestra escuela.
Para cumplir con esta misión, formamos personas humanitarias, constructoras de conocimiento y dispuestas a cumplir con los compromisos que todo ser humano tiene con la familia, la sociedad y la patria.
Los estudiantes que cursan toda su educación en una misma escuela desarrollan fuertes vínculos con profesores y compañeros, por lo que cultivan relaciones interpersonales duraderas dentro y fuera de la institución.
El centro de estudios se convierte en un segundo hogar, lo que provee una mayor motivación, confianza y sentido de comunidad.
Además, al compartir una educación en valores, los integrantes de todas las generaciones se vinculan bajo unos códigos morales compartidos y se vuelven agentes de cambio, convirtiéndose en portadores de estos principios en la comunidad a la que pertenecen.
Una misma institución y modelo educativo conllevan más estabilidad para tus hijos y mayor tranquilidad para ti.
Esta decisión te permitirá conocer de antemano las reglas, el funcionamiento y el ambiente del colegio. Asimismo, conocerás de mejor forma a los profesores y amigos de tu hijo(a), de manera que podrás constatar que se está desarrollando en un entorno constructivo y seguro.
En Justo Sierra, la formación que ofrecemos es integral: educamos para el mundo profesional y para que cada estudiante pueda desarrollarse como persona. Visítanos y conoce cómo se viven los valores en cada una de las etapas educativas.